Eterno
Cristal
En ese
tiempo
podíamos
hasta morir,
volar
o cantar
en cada
espera perturbada.
Tú
eras un velero
que me
ancoraba
en el
comienzo
de cada
madrugada!
Eras
la música que me soplaba
inexplicables
sinfonías,
me enseñaba
a escuchar
los pájaros
y los manantiales
y mis
días sin edad.
De
ese tiempo
en que
la luz no nos despertaba el sueño,
apenas
guardo el cristal
eternamente
risueño de tu mirada.
Luiza Caetano -
Lisboa em Versos.
(Tradução de Flor.)
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