Ayer por la noche estuvimos todos reunidos en la playa. La cena fue servida en la arena. Hace poco, el día 27 fue la luna llena pero tuvimos la suerte que el cielo estaba despegado, no se veía ninguna nube y el brillo de la luna iluminó la noche, solo cuatro antorchas estaban encendidas para que los mosquitos estuvieron bien lejos.
Yo me retiré temprano, ni se dieron cuenta que yo había ido para mi habitación. Alguien vino a la puerta de mi habitación llamar por mí, pero no contesté estaba de verdad muy cansada.
A los primeros rayos de sol que entraron por mi ventana sentí una sensación de felicidad mezclada de tranquilidad, de seguida salí al balcón y pude ver la tranquilidad del mar y me di cuenta que el día iba a estar estupendo. Vestí el bañador, escogí una salida de playa con motivos hawaianos, y me fui corriendo a la playa y entré en el mar que estaba sensacional. Los pececitos pasando por mis piernas ni se asustaban. Nadé un poco y de lejos pude observar que algunos amigos ya estaban también despiertos y como buena anfitriona, regresé hacia la orilla y los saludé con alegría.
Alguien me hizo una sorpresa, puso una mesa aparte para tomar los dos el desayuno y él mimo preparó todo, desde el café hasta los croissants que los descongeló en el microondas, huevos revueltos con un poco de natilla, poco hechos, y un jugo de guayaba que estaba sensacional.
Conversamos mucho y con perdón de los demás nos abstuvimos de todo y cuando nos dimos cuenta ya todos habían desayunado y cada cual habia seguido con sus quehaceres matinales.
Fuimos a buscar unos sombreros que los hay en la casa, para todo los gustos y tamaños y salimos a dar un paseo, caminando, él enseñándome bellos paisajes y siempre acompañados con el cantar de los pájaros.
Cogió un hibiscus y me lo puso en mi cabello!!
(Cont.)
Las fotografías son espectaculares!!
ResponderEliminarinolvidable noche, inolvidable despertar, inolvidable la mirada hacia afuera con esa playa y ese mar. Nada mejor que caminar por la orilla de playa sintiendo como llegan las olas a los pies. Un desayuno envuelta en ese paisaje y acompañada es un regalo Divino! más aún cuando un hibisco en el pelo corona el momento. Belleza total, genial, de sueño.
Mil abrazos, espero la continuación. Anouna
te dejé la isla, però no lo vayas contando por ahí que se nos va a llenar de gente, lo cual ya me parece bién, pero tampoco hay que pasarse.
ResponderEliminarParece que lo pasaste bien, bella Flor.
ResponderEliminarLamento mis últimas ausencias, pero mis deberes profesionales me han impedido visitarte con la frecuencia que hubiera deseado. Mañana también tendré que viajar fuera de Madrid y volveré a tener problemas.
Te prometo ir poniéndome al día poco a poco.
Besos.
Flor...
ResponderEliminarEso es felicidad, una bella noche estrellada, un feliz despertar, la paz interior, la compañia, la amistad, y como no, que te pongan un hibiscus en tu cabello...
Precioso, espero la continuación ;)
Un beso amiga
Tiene una pinta estupenda...
ResponderEliminary lo del hibiscus... mas..
casi si no cuentas mas..
puedo imaginarlo... de sugerente que es..
BEsitos
Guau!! Y qué más?? No tardes en seguir contando, es todo tan bonito!.
ResponderEliminarUn besito!!
Toda la composición es una belleza... amo los hibiscos. Abrazo.
ResponderEliminarNos demuestras que el romanticismo puede ser más que una relación a dos. Me encantó cenar en la arena de la playa, no entendí tu retiro, pero lo respeté, a mí de vez en cuando me ocurre. El amanecer, soberbio. Y me encantó el desfile de sombreros a la luz del sol.
ResponderEliminarMuchos otros tantos besos!
Llego tarde querida Flor, pues la arena del volcán no permitió salir antes, pero ya, ya ves estoy aquí y pasé poniéndome uno de tus sombreros, mi piel es delicada y no soporta el sol. Bella playa, delicioso desayuno y una gran compañía.
ResponderEliminarTe espero por mi casa.
Saludos cordiales,