Las noches...

Las noches en que no salí a cenar o a tomar un café en el cyber, me quedaba sentada en mi terraza oyendo una música suave y tomando una copa de vino rosado bien frio, sintiendo la tranquilidad y el silencio de la noche.

Siempre una u otra gaviota pasaba volando quien sabe buscando un nuevo nido.

Me gustaba pasar un poco de la noche en mi refugio, mirar hacia el horizonte, unas veces con mi pensamiento paseando por otros lugares, otras veces mirando hacia el edificio en frente, mirando la gente que salía quien sabe a pasear por la playa donde tantos y tantos bares los esperaban.

Iba mirando las ventanas, unas abiertas con luz encendida, otras ya cerradas, a oscuras. A veces veía que tal como yo, se sentaban en sus terrazas tomando el aire fresco de la noche. También algunos (pocos) en el salón conversando…

Una o otra vez alguien que llegaba tocaba el timbre, debería ser visita, cuando tardaban para abrir la puerta veía que llamaban por el móvil… Me ponía a pensar si seria algún amor que llegaba para pasar un buen momento con su chica. Si, porque llegaban solos. Hubo una noche que vi llegar tres chicas rubias, muy altas, delgadas y también tocaron el timbre ya era muy tarde…

Porque será que yo pienso que la gente que tocaba el timbre eran visitantes? Cuando hay por ejemplo una sola llave por apartamento hay que organizarse para poder quedar siempre alguien en casa para poder abrir la puerta a quien sea.

Es que yo nunca los veía salir, bueno yo me iba acostar, no me quedaba hasta muy tarde levantada.

Con todos estos pensamientos había veces que el sueño tardaba en llegar pero mi mascota no paraba de mirarme como diciéndome que quería acostarse en su camita y eso hacía con que yo cerrara la ventana y diera por terminado mi “trabajo de investigación”.

A lo lejos aun se oía un karaoke en un bar de un hotel al aire libre que complicaba mis pensamientos y algunas veces hizo con que yo me quedase un poco mas oyendo las canciones unas veces muy bien cantadas, otras asesinando completamente la canción y hasta el cantante original. Tom Jones por ejemplo lo mataron muchísimas veces cantando su canción “Dilaila”.

No me gusta el karaoke. Yo sería incapaz de ponerme a cantar delante de tantas personas y todos riéndose en mi cara.

Entonces buscaba un libro para leer antes de dormir y les cuento un secreto… nunca conseguí llegar al final de la primera pagina. Mis ojos se cerraban antes y cuando me despertaba aun tenia las gafas puestas y el libro en el suelo. Tantas noches que José Saramago durmió en el tapis.