Llegamos a un punto de la carretera al km. 67 y tal como nos habían avisado tendríamos que dejar el coche aparcado en un porche allí mismo donde ya estaban otros coches y seguir caminando cargando el equipaje hasta la casa que habíamos alquilado para pasar aquel fin de semana largo.
Como nos han informado después de dejar el coche, la Casa Branca quedaba a cerca de 10 minutos, hemos tenido el cuidado para no llevar mucho peso.
La excitación de los niños era enorme y quedaban más callados cuando oían el chirrear de los pajaritos mirando para todos los lados para ver de dónde venían esos cantares.
Yo iba delante y fui la primera a ver el Turismo Rural formado por varias casas separadas unas de las otras muy bien cuidadas pintadas de blanco con un rodapié azul.
Nos dirigimos a la casa principal, de los propietarios, y que sirve también para recibir los hospedes, darles la bienvenida y acompañarles a sus casas.
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