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Cuando te vi llegar a mi vida fue como si todo a mi alrededor se transformase de color rosa !
Me sentí de una forma que jamás yo me sentí en toda mi vida.
Ya me habían dicho que cuando una está feliz con la vida y que ve todo rosado y hasta me dio miedo porque yo me quedé así. Me miraba al espejo y lo veía de otra forma, yo estaba distinta, bella, alegre con un brillo en mis ojos que creí que las luces estaban encendidas. Todo me parecía más lindo, conseguía pensar de una manera más divertida, yo me sentía divertida. Empecé a desear volver a estudiar, tenía mucha gana de saber y conocer cosas nuevas. Me acuerdo de tiempos atrás que me decían que ya era tarde para estudiar que eso era cosa de la gente más joven.
Uff! me han dicho tantas cosas!
Me decían que yo debería estar un poco loca, que debería mirarme al espejo, que debería tener más tino, que mi edad ya era otra y que hablaba como si yo no tuviera barreras de nada. Que barreras? Pues que era casada, que tenía hijos, que tenía mi casa... Me sentí tan mal! Que es lo que querían, querían verme mal, en bajo, deturpaban mis palabras, todo lo que yo decía que no tenía sentido, ponían dificultades donde no las había, se reían de lo que yo hablaba, minimizaban mis anhelos, mis ansiedades, mis deseos de cambiar de vida. Hasta los amigos ponían palabras en mi boca de cosas que yo JAMÁS había dicho y ni pensar en decirlo. Llegaron a ser rudos conmigo parecían que les gustaba verme infeliz, me hacían daño, me molestaban y yo siempre esperando su perdón, siempre dando la otra faz, siempre quedándome mas encogida en mi rinconcito, algunas veces hasta lloraba.
Lloraba unas veces de tristeza, otras de rabia y buscaba fuerzas y iba buscando fuerzas... Sentía que no era amada, que no era querida, que nadie me mimaba.
Fue cuando un día paseando por la ciudad de Oporto, pasando por las calles, entrando en unos almacenes, mirando todo con tristeza, los euros cortos, miré aquella librería y entré para mirar los libros y de seguida me vino a la memoria un titulo que un amigo me había aconsejado, lo busqué, lo fui buscando, no lo encontré. Como no me acordaba del nombre completo me daba un poco de vergüenza de preguntar a alguien y me quedé por allí, a veces ya sin saber lo que buscaba, pero me gustó de estar en esa librería, siempre me había sentido muy bien entre los libros.
Tenían cafetería, me tomé un café y sentí que alguien me estaba mirando y lo reconocí. Era Miguel, ese bello hombre que yo conocí en la net, solo lo conocía a través de una foto que habíamos cambiado tiempos atrás. Nuestro relacionamiento de una buena amistad había sido tan intenso y habíamos quedado en que, quién sabe algún día nos encontraríamos. Él es escritor y poeta y venía muchas veces a la ciudad de Oporto. Nos hablamos, que contentos nos quedamos!, que casualidad encontrarnos sin saber el uno del otro porque hace algún tiempo que ya no éramos tan íntimos... Yo no paraba de sonreír de felicidad, porque de verdad este amigo había sido, en secreto, durante algun tiempo mi amor platónico. Estuvimos como cerca de una hora hablando mucho más de mí, él me dio algunos consejos y me enseñó algunos caminos a seguir.
De seguida le he dicho que estaba buscando un libro, él me hizo saber que ese tipo de literatura estaba en otro piso y nos fuimos hasta la escalera. La librería quedaba en un edificio muy antiguo y cuando la miré, la vi color rosa!!. Que linda escalera!!! Tenía muchísimos peldaños! Entonces nunca más me voy olvidar de sus sabias palabras: "Mira Orquidea, esta escalera es como nuestra vida. Si tú esta feliz la ves color rosa, si tú estas triste la ves color gris. Comienza a subirla peldaño a peldaño, tiene muchos peldaños, verdad? Súbela de espacito, no mires hacia atrás, lo que se quedó atrás no te importa. Verás que cuando llegues al último peldaño, tu vida será distinta porque tú cambiaste tu manera de ver la vida. No te apresures, deja las prisas... No te enfades, va de pasito a pasito. Aprovecha, súbela ahora que la estas mirando color rosa, sube..."
Todavía no llegué al último peldaño, pero ya me siento mucho mejor.
Y aquí estoy, queriéndote mucho querido amigo!! Me siento muy feliz!
Gracias por tus palabras.
Los tiempos de la violencia de las palabras y violencia psicológica ya se fueron! Ya no miro hacia atrás.
Orquidea
Me sentí de una forma que jamás yo me sentí en toda mi vida.
Ya me habían dicho que cuando una está feliz con la vida y que ve todo rosado y hasta me dio miedo porque yo me quedé así. Me miraba al espejo y lo veía de otra forma, yo estaba distinta, bella, alegre con un brillo en mis ojos que creí que las luces estaban encendidas. Todo me parecía más lindo, conseguía pensar de una manera más divertida, yo me sentía divertida. Empecé a desear volver a estudiar, tenía mucha gana de saber y conocer cosas nuevas. Me acuerdo de tiempos atrás que me decían que ya era tarde para estudiar que eso era cosa de la gente más joven.
Uff! me han dicho tantas cosas!
Me decían que yo debería estar un poco loca, que debería mirarme al espejo, que debería tener más tino, que mi edad ya era otra y que hablaba como si yo no tuviera barreras de nada. Que barreras? Pues que era casada, que tenía hijos, que tenía mi casa... Me sentí tan mal! Que es lo que querían, querían verme mal, en bajo, deturpaban mis palabras, todo lo que yo decía que no tenía sentido, ponían dificultades donde no las había, se reían de lo que yo hablaba, minimizaban mis anhelos, mis ansiedades, mis deseos de cambiar de vida. Hasta los amigos ponían palabras en mi boca de cosas que yo JAMÁS había dicho y ni pensar en decirlo. Llegaron a ser rudos conmigo parecían que les gustaba verme infeliz, me hacían daño, me molestaban y yo siempre esperando su perdón, siempre dando la otra faz, siempre quedándome mas encogida en mi rinconcito, algunas veces hasta lloraba.
Lloraba unas veces de tristeza, otras de rabia y buscaba fuerzas y iba buscando fuerzas... Sentía que no era amada, que no era querida, que nadie me mimaba.
Fue cuando un día paseando por la ciudad de Oporto, pasando por las calles, entrando en unos almacenes, mirando todo con tristeza, los euros cortos, miré aquella librería y entré para mirar los libros y de seguida me vino a la memoria un titulo que un amigo me había aconsejado, lo busqué, lo fui buscando, no lo encontré. Como no me acordaba del nombre completo me daba un poco de vergüenza de preguntar a alguien y me quedé por allí, a veces ya sin saber lo que buscaba, pero me gustó de estar en esa librería, siempre me había sentido muy bien entre los libros.
Tenían cafetería, me tomé un café y sentí que alguien me estaba mirando y lo reconocí. Era Miguel, ese bello hombre que yo conocí en la net, solo lo conocía a través de una foto que habíamos cambiado tiempos atrás. Nuestro relacionamiento de una buena amistad había sido tan intenso y habíamos quedado en que, quién sabe algún día nos encontraríamos. Él es escritor y poeta y venía muchas veces a la ciudad de Oporto. Nos hablamos, que contentos nos quedamos!, que casualidad encontrarnos sin saber el uno del otro porque hace algún tiempo que ya no éramos tan íntimos... Yo no paraba de sonreír de felicidad, porque de verdad este amigo había sido, en secreto, durante algun tiempo mi amor platónico. Estuvimos como cerca de una hora hablando mucho más de mí, él me dio algunos consejos y me enseñó algunos caminos a seguir.
De seguida le he dicho que estaba buscando un libro, él me hizo saber que ese tipo de literatura estaba en otro piso y nos fuimos hasta la escalera. La librería quedaba en un edificio muy antiguo y cuando la miré, la vi color rosa!!. Que linda escalera!!! Tenía muchísimos peldaños! Entonces nunca más me voy olvidar de sus sabias palabras: "Mira Orquidea, esta escalera es como nuestra vida. Si tú esta feliz la ves color rosa, si tú estas triste la ves color gris. Comienza a subirla peldaño a peldaño, tiene muchos peldaños, verdad? Súbela de espacito, no mires hacia atrás, lo que se quedó atrás no te importa. Verás que cuando llegues al último peldaño, tu vida será distinta porque tú cambiaste tu manera de ver la vida. No te apresures, deja las prisas... No te enfades, va de pasito a pasito. Aprovecha, súbela ahora que la estas mirando color rosa, sube..."
Todavía no llegué al último peldaño, pero ya me siento mucho mejor.
Y aquí estoy, queriéndote mucho querido amigo!! Me siento muy feliz!
Gracias por tus palabras.
Los tiempos de la violencia de las palabras y violencia psicológica ya se fueron! Ya no miro hacia atrás.
Orquidea
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ResponderEliminar"Decus in labore" - o lema de uma livraria onde os sonhos são um labor consentido e com o sentido onírico que a própria arquitectura favorece. A vida, na verdade, é também uma escadaria - não importa se helicoidal - em que o verbo pode dulcificar a agrura da sua subida ao "decus". à glória, à ilustração.
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