El Viernes Santo es el día de pasión y muerte del Señor y del ayuno pascual como signo exterior de nuestra participación en su sacrificio
Este día no hay celebración eucarística, pero tenemos la acción litúrgico después de medio día para conmemorar la pasión y la muerte de Cristo. Cristo nos aparece como el Siervo de Dios anunciado por los profetas, el Cordero que se sacrifica por la salvación de todos.
La cruz es el elemento que domina toda la celebración iluminada por la luz de la resurrección, nos aparece como trono de gloria e instrumento de victoria; por esto es presentada a la adoración de los fieles.
El Viernes Santo no es día de llanto ni de luto, sino de amorosa y gozosa contemplación del sacrificio redentor del que brotó la salvación. Cristo no es un vencido sino un vencedor, un sacerdote que consuma su ofrenda, que libera y reconcilia, por eso nuestra alegría.
Justamente es lo que le decía a un amigo las normas para una convivencia en paz de la sociedad EXISTEN las autoridades religiosas y políticas para ejecutarlas TAMBIÉN lo que pasa es que nadie las acata, ha tenido que inmolarse Jesús para que tomemos en cuenta su prédica de pacifismo y amor y en estos últimos tiempos ¡ni eso! ya que ahora dista mucho el recogimiento y la reflexión en la celebración de estas fechas. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso. Mis mejores deseos en estos días.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo muy sereno y un beso que lo acompaña,
Naia
en este día un beso enorme y un abrazo de amistad más allá de las olas de los océanos.
ResponderEliminarJesus Amigo nos ofereceu o maior presente de todos. Beijos.
ResponderEliminarTotalmente cierto mi querida Florecita.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo de pascua.