Eran las 8 de la mañana, la temperatura en aquel día de Diciembre serian unos 8 grados o menos. Había quedado de encontrarme con mi amiga en el puerto de Alcántara, en Lisboa para, por primera vez en mi vida, hacer un viaje por mar a la Isla de Madeira para pasar mis vacaciones de Navidad. Claro que no iba sola, yo era apenas una adolescente muy joven y he sido invitada por una amiga que estaba estudiando en la universidad y era hospede de una tía que tenía un apartamento grande y alquilaba una o dos habitaciones a estudiantes. Mis padres no querían dejarme ir, imagínense, yo una niña, hija única viajar así para lejos, pero mi tía le dijo a mi maman que iría ser muy bueno para mí, que iba conocer esa isla tan linda y conocer otras gentes y otros costumbres…
Y seguimos, yo y mi maman allí al frío esperando, esperando, quedado nerviosa… Estaba estrenando ropa nueva y con ese frío, no quería vestir el abrigo, porque no podrían ver mi suéter nuevo color gránate…
Por fin llegó mi amiga y bueno se hicieron las despedidas. Yo ni una lagrimita me cayó porque yo iba por la primera vez probar lo que era vivir en libertad, lejos de los padres!!
Y seguimos, yo y mi maman allí al frío esperando, esperando, quedado nerviosa… Estaba estrenando ropa nueva y con ese frío, no quería vestir el abrigo, porque no podrían ver mi suéter nuevo color gránate…
Por fin llegó mi amiga y bueno se hicieron las despedidas. Yo ni una lagrimita me cayó porque yo iba por la primera vez probar lo que era vivir en libertad, lejos de los padres!!
Entramos en el barco, nunca me olvidé, se llamaba SS.THEODOR HERZL. Era un barco que no era muy grande, pero era lujoso, por lo menos yo lo vi así. Me contaron después mientras estuvimos paseando por todo el barco, que era de Israel. Nos enseñaron la Sinagoga, creo que no entré, que pena, yo era católica y no sentí el llamamiento de ese tipo de Iglesia. Ya habíamos dejado nuestras maletas en la cabina, que sería de más tres mujeres. Pero todo muy bien decorado.
Llegó la hora del almuerzo, el barco ya estaba saliendo del rio Tajo, entrando en el mar, muy de espacio. Ni me estaba dando cuenta porque era todo tan nuevo para mí… En el salón estaba presentado un buffet enorme, con muchísimas comidas, ensaladas, frutos, postres… Siempre tuve problemas cuando veo mucha comida junta y tan bien presentada de escoger lo que voy a comer. Y claro escogí mal!! Puse en el plato una comida que me pareció buena pero cuando probé no me gustó nada. Era berenjena rellena medio dulce. Y me la comí, porque antes era de muy mala educación dejar la comida en el plato… Me acuerdo que de postre me comí una manzana muy grande que tenia sabor a piña, una maravilla!
Con esa comida ya no me quedé muy bien del estomago. Después me di cuenta que el barco ya iba en el mar y que Cascais ya quedaba un poco atrás. El mar estaba empezando a quedarse revuelto. Mi amiga me dijo que era mejor irnos a la habitación arreglar las maletas y ver cómo estaban las cosas por allá! Conocimos a las otras mujeres que estaban allí, yo era la más joven, las otras ya era estudiantes que estaban yendo a sus casa a pasar las Navidades y había una que ya era profesora y que iba a enseñar en una escuela en Funchal.
Volvimos al salón que ahora ya bailaban y cantaban, era un grupo de animadores de Israel, unas mujeres bellísimas, muy altas y las canciones de su país, muy alegres. Nos quedamos un poquito más pero empecé a no sentirme bien y regresamos a la cabina y ahí nos quedamos hasta llegar a Funchal, la capital de Madeira. Fueron dos días y dos noches lo que tardó el barco en llegar. Y todas nosotras nunca más salimos de la cabina, Lo pasamos fatal! TODAS!! Las empleadas iban a hacer la limpieza y querían que saliéramos, pero nosotras casi muertas. Solo me levante cuando nos han dicho que el barco ya estaba preparándose para llegar al puerto de Funchal. Qué barbaridad, las israelís siempre cantando, tan alegres y nosotras blancas, casi muertas!!Muertas de hambre también, pero ni pensar en comida.
Cuando me di cuenta que ya estábamos en Funchal, qué emoción! Qué lindo, parecía un pesebre gigante. Había amanecido hace pocas horas y empezaron a llegar pequeños barquitos con naturales de la isla ya enseñando el artesanía de Madeira, toallas bordadas, y otras cosas. Había otros barquitos que tenían muchachos pidiendo una moneda y la gente les tiraba una moneda y ellos entraban en el agua a cogerla. No sé si todavía lo hacen, antes eso era tradición cuando llegaban barcos de turismo.
(Cont.)
Este comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido pelo autor.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminarEste comentário foi removido por um gestor do blogue.
ResponderEliminar